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Hola, Vsauce. Les habla Michael. A principios de mes, viajé a Kourou, en Guayana Francesa, con euronews para observar el despegue del cohete Vega, si es que ocurría mientras yo estaba ahí. Mientras esperábamos en el punto de observación, a unos minutos del lanzamiento, se suspendió por las condiciones climáticas. Aunque los científicos usaron Comic Sans, el cohete despegó el día después al que tuve que regresar a Londres. Pero me hizo pensar. Podemos enviar satélites en órbita y personas a la luna, y predecir eclipses solares con miles de años de antelación, pero aún no podemos predecir con certeza la dirección en la que soplará el viento durante la próxima hora. ¿Cómo es posible que comprendamos movimientos cósmicos que se producen a minutos luz o años luz, pero que el clima, que se produce en la misma capa de la atmósfera en la que vivimos todos los días, siga siendo un misterio? Tiene que ver con los límites de lo que sabemos y de lo que podemos saber. Las posiciones de los planetas y el clima terrestre en el futuro están determinados por sus condiciones iniciales. Pero en una escala de tiempo menor, la predicción de la posición futura de un planeta involucra menos variables que el clima. Para predecir el tiempo con precisión, se debe conocer las condiciones precisas y exactas de cada molécula de aire de la Tierra. Cómo esas moléculas interactuarán entre sí y con la Tierra, y cómo modificarán otras moléculas. Eso hace que sea muy difícil predecir el clima más allá de una semana. Y este problema seguirá existiendo. Es fundamental para nuestra relación con el universo. Si transcurre el tiempo suficiente, cualquier factor pequeño, que no se puede medir, que pasa desapercibido, se magnifica una y otra vez lentamente, hasta que finalmente su impacto es mucho más importante y nuestras predicciones de hoy son inútiles. Neil deGrasse Tyson menciona esto en su brillante libro "Death by Black Hole", donde menciona que el movimiento de tierra causado por el lanzamiento de una sola sonda espacial puede influir en nuestro futuro hasta el punto en que en unos 200 millones de años, la posición de la Tierra y su órbita alrededor del Sol cambiarán casi 60 grados. Edward Lorenz fue quien le dio a este fenómeno su nombre tan conocido. "Previsibilidad: ¿puede el aleteo de una mariposa en Brasil originar un tornado en Texas?". El efecto mariposa. Un pequeño cambio, como que una mariposa decida aletear, puede derivar en una cadena de eventos en la cual procesos cada vez más grandes cambian lo suficiente como para crear cambios aún más importantes, hasta que finalmente se produce una tormenta en un lugar o no se produce en absoluto. La disciplina que generó este pensamiento se conoce como teoría del caos. Cuando el presente determina el futuro, pero el presente aproximado no determina aproximadamente el futuro. Para nosotros, el universo está lleno de "si es que". Pero a pesar de eso, somos bastante buenos para predecir el futuro y para prepararnos, pero algunas cosas están o fueron preparadas para un futuro que aún no ocurre o que nunca ocurrió. Saber más sobre estas cosas nos ofrece una perspectiva increíble sobre los límites de nuestro conocimiento. Hablando de límites, comencemos con tu vida, carpe diem. Una herramienta en línea que, tras recibir tu fecha de nacimiento, usa los más recientes datos de expectativa de vida para mostrarte una serie de círculos. Un círculo representa una semana. Siete días. Los más claros son las semanas que llevas viviendo, los más oscuros son las que te quedan por vivir. Marca "sleep" para ver cuántas de tus semanas anteriores y futuras las pasarás durmiendo. Por supuesto, esto es solo una aproximación, es difícil saber si tendrás más o menos semanas en tu futuro. Es difícil saber cuándo terminará todo. Es aún más difícil documentarlo, a menos que seas Reynaldo Dagsa, un concejal de Filipinas, quien tomó esta foto de su familia en la noche de año nuevo, en el mismo instante en que fue asesinado. La fotografía fue utilizada posteriormente para atrapar al asesino. No lo podemos predecir todo, pero si se produjera un evento catastrófico que se conoce con anticipación, como un clima extremo, un ataque nuclear o un asteroide, ¿cómo sabríamos lo que está sucediendo? Muchos países tienen sistemas que les permiten comunicarse con la mayor cantidad de personas posible lo más rápido posible. Estados Unidos posee el Sistema de alerta de emergencia. Tras activarse, el sistema interrumpe toda la programación de radio y televisión con mensajes generados con texto a voz, con voces automatizadas. Es posible escuchar esos audios hoy, entonces da escalofríos que podamos darle un vistazo a cómo se vería y cómo se escucharía si ocurriera un evento catastrófico. En este ejemplo, se trata de un ataque nuclear que amenaza la vida en todo el país. Antes que nada, es probable que escuches sirenas y luego, si encendieras el TV, esto es lo que verías y escucharías. Interrumpimos nuestra programación. Esta es una emergencia nacional. El siguiente mensaje se transmite por solicitud del gobierno de Estados Unidos. Este no es un simulacro. Se está produciendo un ataque nuclear en contra de Estados Unidos. Se han disparado cuatro misiles nucleares de ubicaciones desconocidas y se espera que impacten en Estados Unidos dentro de los próximos 15 minutos. Debido a lo imprevisibilidad de estos misiles, todos los residentes de EE. UU. deben buscar y prepararse para tomar refugio inmediatamente. A continuación, un mensaje del Presidente de Estados Unidos. Si es que se produjera un evento de proporciones globales, ¿qué haría la humanidad después? Tal vez haya sobrevivientes. Personas escondidas en las fortalezas que hemos construido, como el Comando de defensa aeroespacial de Norteamérica, NORAD. Construido en granito sólido, protegido por un baño de acero para proteger los sistemas computacionales de pulsos electromagnéticos y apoyado en resortes, para moverse tranquilamente en caso de un terremoto, NORAD puede proteger a seres humanos y equipamiento de una explosión nuclear de 30 megatones aunque se produjera a una milla de distancia. Después del evento, serían lugares como este la última y mejor esperanza de la humanidad para continuar con vida. La bóveda global de semillas de Svalbard está en la isla noruega de Spitsbergen. Enterrada a 390 pies dentro de una montaña, almacena y protege con seguridad 250 millones de semillas para sembrar plantas y cultivos, si es que sus parientes que viven en la superficie son destruidos. Existió tecnología soviética para llevar personas a la Luna, pero nunca lo hicieron. Si es que Rusia hubiera llevado al hombre a la Luna, habrían caminado en ella usando esto. El Krechet-94 fue diseñado en 1967, pero nunca se utilizó en excursiones lunares soviéticas. Sin embargo, Rusia envió el primer hombre al espacio y la primera mujer al espacio exterior. También enviaron a la primera perra en orbitar la Tierra. Lamentablemente, murió al poco tiempo del despegue debido a un sobrecalentamiento. Posteriormente, enviaron a las perras Belka y Strelka, en un cohete lleno de organismos vivientes que se transformaron en los primeros en orbitar la Tierra y regresar vivos. Aún es posible verlas hoy. En el Museo memorial de los cosmonautas de Moscú hay dos perras que se mantienen preservadas, como reliquias físicas de criaturas terrícolas que crecieron y abandonaron su planeta. También pude visitar un restaurante en Moscú con menús que, así es, usan Comic Sans. Ah, y me comí un "perro estrella", que en alfabeto cirílico parece decir "crapdosis". Estados Unidos envió personas a la Luna, pero hace poco nos enteramos de que la NASA, en ese tiempo, no sabía con la misma certeza que otras variables, si los primeros hombres que visitaban la Luna podrían regresar. Solo dos días antes del histórico alunizaje de la humanidad, William Safire fue el encargado de preparar un discurso para que el Presidente Nixon lo leyera en televisión para todo el mundo, en caso de que Buzz Aldrin y Neil Armstrong quedaran varados en la Luna. 30 años después, William Safire explicó que Aldrin y Armstrong debían reunirse con el módulo de comando que orbitaba la Luna, pero si no podían, y cabía la posibilidad de que no pudieran, tendrían que quedarse abandonados en la Luna, esperando la muerte y el control de la misión tendría que usar el eufemismo "cerrar comunicación" y los hombres tendrían que esperar a morir de hambre o suicidarse. Entonces, nos preparamos para eso con el discurso que escribí y el Presidente estaba listo para leerlo. Afortunadamente, Nixon nunca tuvo que leer el discurso del desastre de la Luna, pero al leerlo hoy y al pensar en esos dos tipos que siguen vivos en la superficie de la Luna, que saben que nunca regresarán a la Tierra, es escalofriante. Estas son unas líneas que forman parte del discurso: "el destino ha decretado que los hombres que partieron a la Luna para explorar en paz se quedarán en la Luna para descansar en paz. Estos hombres de valor, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanzas de recuperarlos, pero también saben que hay esperanzas para la humanidad en su sacrificio. En tiempos inmemoriales, el hombre observó las estrellas y vio a sus héroes en las constelaciones. En tiempos modernos lo seguimos haciendo, pero nuestros héroes son hombres épicos de carne y hueso. Porque cada ser humano que dirija su mirada a la Luna en las noches que vendrán, sabrá que existe un rincón de otro mundo que por siempre será humanidad". Y eso es lo que traje conmigo de mi viaje a Kourou. El espacio no es solo un lugar para hacer trucos en condiciones de ingravidez o para imaginar tecnologías, el espacio siempre se está expandiendo y está lleno de rincones de otros mundos que, algún día, podrían convertirse en parte de la humanidad, si así lo decidimos. No es un desprecio a la Tierra. El cohete Vega que fui a ver llevaba consigo satélites diseñados para probar velas eléctricas de viento solar para viajes interplanetarios, además de satélites construidos para analizar el estado de la vegetación terrestre o para predecir desastres naturales. Tal como nuestros cuerpos se benefician de médicos e instrumentos externos que pueden explorar, investigar y diagnosticar, las plataformas de lanzamiento terrestres, como la que visité en Kourou, en realidad son solo salas de espera de un hospital para la Tierra. Un lugar donde nuestro planeta puede esperar a que los investigadores y científicos usen sus herramientas e instrumentos, para que los pongan en órbita. Tal vez nunca sepamos si es que algo ocurrirá o no, pero al explorar el espacio, rincones de otros mundos, obtenemos una perspectiva que nos puede ayudar a reducir el tamaño de ese misterioso y a veces aterrador "si es que". Y como siempre, gracias por vernos.